10 ingredientes naturales para mejorar la función cerebral

¿Pueden los productos naturales mejorar la función cerebral?

Hoy en día, muchos científicos hablan de los efectos nootrópicos de diversas sustancias. En efecto, algunos compuestos sintéticos y naturales pueden mejorar las funciones cognitivas, ayudar a recordar, a pensar con más claridad y a fijarse en pequeños detalles. Por supuesto, el efecto de muchas drogas sintéticas se ha demostrado científicamente. Aun así, los científicos también han identificado algunas sustancias que, a largo plazo, pueden sustituir a la medicación y ayudar a mejorar la función cerebral. Analicemos estas sustancias naturales con más detalle porque algunas de ellas suelen estar presentes en nuestra dieta.

mejorar la función cerebral
mejorar la función cerebral

Cafeína

Al ser el estimulante más común del sistema nervioso, la cafeína bloquea de forma competitiva los receptores de adenosina y reduce la actividad de ésta, una sustancia que provoca fatiga y somnolencia. La cafeína puede mejorar la velocidad de reacción, la capacidad de atención y la capacidad de concentración. Sólo se necesitan unos 100 mg de cafeína para sentir estos efectos, que es la cantidad que contiene una taza de café estándar (220 ml).

L-teanina

La teanina se encuentra en cantidades aproximadamente iguales en el té negro y en el té verde. Altas dosis de este aminoácido (200 mg) conducen a la relajación y la concentración, mientras que dosis bajas (50 mg) ayudan a activar la actividad creativa. Por desgracia, una taza de té sólo contiene unos 20 mg de esta sustancia, y se puede obtener más a través de suplementos especiales. Naturalmente, es necesario consultar a un médico antes de hacer tales preparaciones.

Glicina

Este aminoácido procede de alimentos ricos en proteínas: carne, pescado, huevos y muchos otros. La glicina es esencial para sintetizar las proteínas de construcción (el colágeno en particular). Además, esta sustancia interviene en las reacciones metabólicas y regula el sistema nervioso, el corazón y los vasos sanguíneos. Muchos estudios confirman los efectos beneficiosos de la glicina en las funciones de la memoria, la velocidad de los procesos de pensamiento y los mecanismos de recuperación del sistema nervioso.

Hoy en día suelen recetar glicina a los pacientes con mayor estrés psicoemocional, insomnio y dificultad para procesar la información. Una persona no recibe más de 2 g de glicina al día en una dieta regular. Necesitará una ingesta adicional de la sustancia en forma de preparados farmacéuticos para conseguir un efecto estimulante.

Brahmi

Los curanderos orientales utilizan desde hace mucho tiempo la hierba de la India para combatir el estrés y la depresión. Hoy en día está demostrado que la Brahmi contiene bacósidos, sustancias activas que protegen las células cerebrales de diversas influencias y mejoran la transmisión de los impulsos entre las neuronas. Hoy en día, muchos suplementos dietéticos contienen el extracto de esta planta. Además, Brahmi se utiliza para preparar ungüentos terapéuticos y cosméticos.

Mejora de las capacidades cognitivas
Mejora de las capacidades cognitivas

Gingko biloba

Numerosos estudios demuestran que el uso a largo plazo del extracto de Ginkgo Biloba mejora la memoria y las funciones cognitivas, especialmente en las personas mayores. Además, la sustancia tiene un efecto beneficioso sobre los niveles de presión arterial, reduce el «grado» de estrés y normaliza el proceso de conciliación del sueño. Sin embargo, el Ginkgo Biloba es un alérgeno bastante potente, por lo que siempre hay que pedir consejo médico antes de consumirlo.

Ginseng

Desde hace varios siglos, el ginseng es conocido como uno de los principales remedios de la medicina oriental. En efecto, la raíz de la planta está reconocida como un potente antioxidante y nootrópico. Basta con tomar unos 200-300 mg de polvo de ginseng una vez al día para obtener una mejora notable de las capacidades mentales y del vigor. Las observaciones han demostrado que los efectos nootrópicos del ginseng disminuyen con el tiempo a medida que se desarrolla una habituación gradual.

Rhodiola rosea

La Rhodiola Rosea es un conocido adaptógeno que puede combatir el estrés, mejorar el estado de ánimo y las capacidades mentales. Los expertos han descubierto que la Rhodiola puede ayudar a renovar el sistema nervioso y mejorar el bienestar y el sueño, pero sólo si se toma en pequeñas dosis diarias. El problema es que la cantidad exacta, cuya recepción tendrá un efecto curativo, es diferente para cada persona. Los científicos aún no han calculado los valores universales.

Limón y lima

Seguramente muchas personas han visto comer cítricos con cáscara y también lo han probado. Además de su efecto estimulante directo al irritar las papilas gustativas, el limón tiene una amplia gama de compuestos esenciales que estimulan la actividad cerebral. Además, el limón y la lima contienen muchas vitaminas y ayudan a reponer las fuerzas físicas. Naturalmente, lo mejor sería no comer mucho limón de una vez, ya que puede dañar el estómago y provocar alergias.

mejora de la memoria
mejora de la memoria

Gotu kola

La planta tropical de Gotu kola es conocida por su alto contenido en sustancias que estimulan la producción de acetilcolina. Esta sustancia es un neurotransmisor y mejora la transmisión de los impulsos en el sistema nervioso, mejorando la memoria, el pensamiento y la actividad. Algunos estudios han demostrado que la toma de un extracto de esta planta contribuye a mejorar el estado de los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular o una lesión cerebral.

Raíz de Maral

Dado que la Raíz de Maral es un excelente tónico, los deportistas la aprecian mucho. En efecto, la tintura de Raíz de Maral provoca una explosión de energía, alivia la fatiga y aumenta la atención y la capacidad de concentración. Sin embargo, el efecto depende estrictamente de la dosis. Una dosis baja de Raíz de Maral no provocará ninguna estimulación, mientras que una sobredosis de unos pocos mg provocará una relajación y apatía no deseadas.

Conclusiones

La ciencia moderna no se detiene, y la industria farmacéutica sigue ofreciendo nuevos nootrópicos y estimulantes más eficaces. Muchos especialistas aconsejan dar preferencia a los remedios herbales, sobre todo si no hay enfermedades graves. Naturalmente, cada persona elige por sí misma cómo aumentar su capacidad de trabajo y mejorar su rendimiento mental.

Fuentes

  1. https://www.webmd.com/brain/features/keeping-your-brain-fit-for-life
  2. https://www.health.harvard.edu/mind-and-mood/12-ways-to-keep-your-brain-young
  3. https://www.healthline.com/nutrition/11-brain-foods
  4. https://www.medicalnewstoday.com/articles/324044
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Julia Lange

La industria alimentaria ha educado mal a la gente en materia de nutrición: sigue siendo difícil encontrar alimentos saludables que sepan bien. Los alimentos que te hacen sentir bien ahora no te hacen saludable a largo plazo. Un comensal sabio sabe encontrar el equilibrio adecuado entre lo bueno para ti y lo bueno para el mundo.

Eso es porque la industria alimentaria se basa en los beneficios, no en la salud. Si así fuera, no necesitarías que un dietista te dijera qué comer. Te conocerías a ti mismo y a tu cuerpo lo suficientemente bien como para saber qué te hace sentir bien y qué te hace enfermar.

Sin embargo, en los últimos años se ha producido una revolución en la dietética, basada en la comprensión científica de la ciencia nutricional y la nutrición basada en la evidencia. En otras palabras, se basa en la investigación, no en el marketing. Tomando sólo una docena de ingredientes y adaptándolos a las necesidades de tu cuerpo, puedes conseguir una nutrición perfecta:
- No más enfermedades.
- Se acabaron los antojos de alimentos poco saludables.
- Se acabaron los atracones de comida autocomplaciente que lo estropean todo.

Si esa revolución hubiera existido cuando la mayoría de la gente crecía, nuestras elecciones alimentarias habrían sido diferentes de lo que son ahora. Esa revolución se basa en entender por qué nos enfermamos y qué nos hace sentir bien. Si quieres comer bien, tienes que hacerte estas preguntas: ¿Por qué me pongo enfermo? ¿Qué me hace sentir bien? ¿Qué efectos tiene el consumo de estos alimentos en mi cuerpo, mi salud y el mundo que me rodea?