10 mitos de la alimentación sana

Conceptos erróneos sobre la alimentación saludable que impiden ponerse en forma

Todos hemos escuchado muchos mitos sobre la alimentación saludable. Estos consejos suelen ser erróneos y pueden hacer que no consigas perder peso. Llevar una dieta saludable no sólo puede ser delicioso, sino también sencillo. La clave es dejar de creer en los mitos y tener claras tus prioridades.

Mito 1: Hay que beber al menos dos litros de agua al día

Lo mejor sería que bebiera lo suficiente. Y no es necesario esforzarse por alcanzar valores específicos. Si una persona está sana, su necesidad de agua viene determinada por la sensación de sed. Si está descansando todo el día en un lugar fresco, un litro de líquido puede ser suficiente, pero si está ocupado con el trabajo físico en el calor, incluso dos pueden no ser suficientes.

Beber suficiente agua
Beber suficiente agua

¿Cuándo hay peligro de deshidratación? Si usted está generalmente sano, el calor excesivo y el ejercicio extenuante pueden causar esta condición. En este caso, hay que vigilar su estado. La sequedad de los ojos y la lengua, una orina demasiado amarilla y la dificultad para orinar (menos de cuatro veces al día) deberían alertarte. De todos modos, el ser humano es un sistema bastante perfecto, así que escucha a tu cuerpo y no te desanimes por la sensación de sed.

Mito 2: El mejor desayuno sólo puede ser la avena

La opción no es mala, aunque no es la más útil. Los copos de avena contienen muchos hidratos de carbono con un índice glucémico bajo. Tardan mucho en ser digeridos (esto es una ventaja), y están llenos de fibras vegetales que proporcionan una buena digestión. Si no eres intolerante a la lactosa, puedes incluso hervir los copos de avena en leche, lo que los hace aún más nutritivos. Pero no es aconsejable endulzarla con mermelada o azúcar.

Lo mejor es utilizar fruta seca o fresca para mejorar el sabor y beneficiar al organismo. Sin embargo, es un error considerar la avena como una panacea. Es un producto ordinario, no más único que cualquier otro. Si no le gusta, no debe obligarse a comerla.

Mito 3: Para perder peso, hay que dejar de comer después de las 6 de la tarde.

Dejar de comer durante mucho tiempo puede ayudar a perder peso. Pero, por desgracia, no para todas las personas. Al fin y al cabo, el peso corporal depende de muchos factores: la ingesta calórica diaria, el grado de actividad física, los hábitos alimentarios, etc. No hay soluciones fáciles. El consejo de «no comer nada durante tres horas antes de acostarse» dará como resultado una cosa: el contenido del estómago no bajará por la garganta, y esto le aliviará del riesgo de eructos, acidez y dolor de garganta crónico. Pero no debe tomar esta recomendación como una forma de perder peso.

Mito 4: Los cereales instantáneos tienen un impacto negativo en la salud

La forma de las gachas no es tan importante. La peculiaridad de las gachas de avena instantáneas es que los granos que contienen ya están parcialmente cocidos, y sólo después se secan. No perjudica al organismo (aunque el proceso de elaboración conlleva la pérdida de una gran parte de nutrientes y vitaminas). Añadir grandes porciones de azúcar a las papillas las hace perjudiciales. Si se utilizan frutos secos y sustitutos del azúcar como edulcorantes, las gachas instantáneas pueden ser adecuadas para su consumo.

Mito 5: El pan de trigo es perjudicial y el pan integral es beneficioso

En realidad, no hay ninguna diferencia entre ambos. En ambos casos, el pan contiene carbohidratos refinados. Es mejor negarse a comer cualquier pan, independientemente de su composición. A menos que, por supuesto, su objetivo sea aumentar su peso intencionadamente.

pan
pan

Mito 6: El té verde acelera la pérdida de peso

Cuando las personas delgadas consumen bebidas refrescantes en grandes cantidades, les ayuda a embotar la sensación de hambre, lo que, naturalmente, les ayuda a perder peso. No importa si utiliza té verde o agua corriente. Sólo funcionará si lo sustituye por las comidas.

Mito 7: Hay que intentar comer la menor cantidad posible de carbohidratos y grasas

Sí, lo son. Pero sólo para algunas personas. Otras necesitan mantener su consumo de macronutrientes igual o incluso aumentarlo. Los planes alimentarios cetogénicos y bajos en carbohidratos permiten perder peso, pero es casi imposible mantener los resultados obtenidos con ellos. Además, muchos investigadores han llegado a la conclusión de que son malos para la salud.

Los nutricionistas modernos intentan no utilizar dietas «sesgadas» a menos que sea bajo el consejo de un médico. Por ejemplo, en la insuficiencia renal se reduce la proporción de proteínas en la dieta; en la diabetes, los hidratos de carbono, y en la pancreatitis, las grasas.

Mito 8: El vino tinto tiene un efecto positivo sobre el funcionamiento del corazón

Existe la idea errónea de que el vino tinto es bueno para prevenir la aterosclerosis. Pero muchos estudios modernos refutan este mito. El alcohol, en cualquiera de sus formas, no es adecuado para el corazón, y abusar de él puede debilitar el músculo cardíaco y provocar arritmias y miocardiopatías. Sin embargo, si bebes alcohol con moderación, no puede perjudicarte. Pero tampoco puede ayudar a tu corazón. Un fenómeno de «automatismo cardíaco» ayuda a que tu corazón funcione independientemente de lo que comas.

Mito 9: Los batidos y los zumos son las mejores ayudas para la salud del estómago

zumos y batidos
zumos y batidos

Por el contrario, son sus peores enemigos. Muchas de estas bebidas provocan el llamado reflujo, es decir, la entrada de ácido del estómago en la cavidad esofágica. Los más peligrosos en este sentido se consideran los zumos de cítricos y piña y el puré de plátano. Además, tienen un alto contenido en azúcar, lo que sin duda no contribuye a la utilidad del producto. Las frutas enteras son otra cosa: contienen fibra, lo que asegura una liberación gradual de los azúcares, evitando así un pico de glucosa en sangre. Pero los zumos y los batidos son una solución de azúcar, que asesta un golpe decisivo a los vasos sanguíneos, el páncreas y el estómago.

Mito 10: La sal es el principal enemigo de la salud

Suele ser el caso. Las personas con insuficiencia renal y cardíaca e hipertensión arterial deben reducir la cantidad de sal. Su abuso provoca edemas. Normalmente, el exceso de sal se elimina del cuerpo a través de los riñones. Sin embargo, después de los 30 años, incluso con los típicos indicadores de salud general, el exceso de «sal» comienza a manifestarse en forma de piernas y cara hinchadas. No se trata de una enfermedad, sino de un edema «esencial». Puede eliminarlos reduciendo el consumo de sal.

¿Es la sal valiosa en absoluto? Sí, no puedes prescindir de ella cuando hace calor. También la necesitas para recuperarte de una deshidratación causada por un exceso de diuréticos o diarrea. En otros casos, debes controlar cuidadosamente su consumo.

Fuentes

  1. https://www.niddk.nih.gov/health-information/weight-management/myths-nutrition-physical-activity
  2. https://www.csuohio.edu/recreationcenter/7-popular-myths-about-nutrition
  3. https://www.healthline.com/nutrition/biggest-lies-of-nutrition
  4. https://examine.com/nutrition/awful-nutrition-myths/
  5. https://www.bhf.org.uk/informationsupport/support/healthy-living/healthy-eating/dieting-myths
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Julia Lange

La industria alimentaria ha educado mal a la gente en materia de nutrición: sigue siendo difícil encontrar alimentos saludables que sepan bien. Los alimentos que te hacen sentir bien ahora no te hacen saludable a largo plazo. Un comensal sabio sabe encontrar el equilibrio adecuado entre lo bueno para ti y lo bueno para el mundo.

Eso es porque la industria alimentaria se basa en los beneficios, no en la salud. Si así fuera, no necesitarías que un dietista te dijera qué comer. Te conocerías a ti mismo y a tu cuerpo lo suficientemente bien como para saber qué te hace sentir bien y qué te hace enfermar.

Sin embargo, en los últimos años se ha producido una revolución en la dietética, basada en la comprensión científica de la ciencia nutricional y la nutrición basada en la evidencia. En otras palabras, se basa en la investigación, no en el marketing. Tomando sólo una docena de ingredientes y adaptándolos a las necesidades de tu cuerpo, puedes conseguir una nutrición perfecta:
- No más enfermedades.
- Se acabaron los antojos de alimentos poco saludables.
- Se acabaron los atracones de comida autocomplaciente que lo estropean todo.

Si esa revolución hubiera existido cuando la mayoría de la gente crecía, nuestras elecciones alimentarias habrían sido diferentes de lo que son ahora. Esa revolución se basa en entender por qué nos enfermamos y qué nos hace sentir bien. Si quieres comer bien, tienes que hacerte estas preguntas: ¿Por qué me pongo enfermo? ¿Qué me hace sentir bien? ¿Qué efectos tiene el consumo de estos alimentos en mi cuerpo, mi salud y el mundo que me rodea?